Estuve tres noches y disfruté de una buena atención en recepción y un desayuno adecuado. Sin embargo, la ducha era pequeña y incómoda, y eché en falta aire acondicionado en la habitación. Para estancias breves o en familia, podría ser una opción razonable.

La ubicación es increíble, justo al lado de la parada del tranvía y cerca de muchos restaurantes.

La ducha es demasiado estrecha, se complica un poco ducharse sin que el agua se derrame por todas partes.

cómodo, cómodo, cómodo

Mi estadía fue increíble y lo que más disfruté fue el desayuno, cada día una delicia nueva y deliciosa que me llenó de energía. La habitación, aunque no era enorme, tenía todo el espacio que necesitaba y era muy funcional. Además, la atención que recibí me hizo sentir muy bienvenido y cuidado, especialmente cuando me ayudaron con la entrada a mi habitación tras un ligero retraso en mi vuelo.

lo recomiendo 😊❤️

Excelente desayuno variado cada día.

La ducha es tan pequeña que casi te ahogas con la cortina pegajosa, una experiencia inolvidable. Además, sin aire acondicionado en pleno verano, simplemente inadmisible. Ni mencionar que esperaba un trato de estrella, como un upgrade o un detalle especial, pero claro, a otros les dan preferencia. Casi escribo una buena reseña, pero simplemente no pude.

Limpieza impecable, ubicación tranquila, buena conexión de transporte.

Las habitaciones son pequeñas, el baño tiene una ducha que apenas deja espacio, ¡ni hablemos de la falta de aire acondicionado!!!

El desayuno tenía variedad y calidad.

el desayuno es variado y con opciones frescas, pero la ducha es muy pequeña.

Una estancia cómoda pero con detalles mejorables

Disfrutamos de una buena atención del personal, sin embargo, la habitación era más pequeña de lo esperado y la ducha resultó incómoda. Sugeriría llevar toallas de baño propias. A pesar de esto, la ubicación facilita explorar la ciudad, ya que está cerca de todo.

La ducha era incómoda y la habitación era bastante limpia y espaciosa.

el hotel lunik es super limpio y el personal es muy majo, el desayuno está brutal, con un mix de cosas ricas. la ubicación es ideal, a un paseíto del centro y fácil para moverse en metro o tranvía. el ambiente es tranquilo, lejos del bullicio turístico.

la ducha es pequeñita, y no hay aire, así q puede hacer un poco de calor en verano.

la ducha era un poco pequeña. pero el desayuno tenía una gran variedad de opciones frescas como frutas y pasteles. la limpieza diaria fue impecable y la ubicación era tranquila, cerca de transporte público

Habitaciones bastante limpias y cómodas, con buen tamaño y colchones que te hacen sentir como en la nube. La ubicación es ideal, ya que hay varias paradas de metro a la vuelta y puedes llegar al reloj astronómico en unos 25 minutos a pie, con un buen número de restaurantes cerca para llenar el tanque después de un largo día.

La ducha en la habitación es un verdadero desafío, casi no hay espacio y la cortina se te pega como un compañero insoportable. noté que no había aire acondicionado en la habitación, lo que puede ser un inconveniente en los días de calor, y los enchufes en el baño son escasos, algo que a veces se puede hacer sentir. Además, aunque la decoración tiene su encanto, ya se nota que el hotel tiene sus años, y eso podría no gustar a todos.

La habitación era más moderna que un cuadro de Picasso, con su aire acondicionado fresco y una cafetera que hacía espresso como si fuera un barista profesional. Estaba a solo unos pasos de la estación de metro, lo que hizo que explorar la ciudad fuera tan fácil como hacer un café.

Falta de variedad en las almohadas

El hotel Lunik me pareció muy acogedor. La cama resultó ser increíblemente cómoda, lo que me permitió descansar bien después de un largo día explorando Praga. La limpieza de la habitación fue impecable, cada rincón estaba ordenado. El desayuno incluía una buena variedad de opciones, con quesos, embutidos y un café fresco que se preparaba al momento, ideal para comenzar el día con energía. La ubicación del hotel es un punto a favor. tuve fácil acceso al transporte público y estaba a unos 25 minutos a pie del reloj astronómico. Sin embargo, la ducha era algo incómoda por su tamaño pequeño y la cortina se me pegaba al cuerpo, lo que era bastante molesto. Además, noté que no había aire acondicionado en la habitación, lo que pudo ser un inconveniente, especialmente en los días más cálidos. Hubiese preferido tener más enchufes disponibles, particularmente en el baño, para mayor comodidad al preparar mis cosas. A pesar de estos detalles, la atención del personal fue bastante buena, siempre estaban dispuestos a ayudarme con cualquier consulta. Definitivamente lo consideraría nuevamente para una estadía en Praga, ya que la experiencia en general fue positiva.